La historia del arte no ha conseguido satisfacer los deseos del gran historiador. [la obra de arte] en
no menor medida que otros bienes y servicios, deben su existencia por regla general a lo que hoy
se califica como "fuerzas del mercado".
E.H Gombrich


martes, 23 de diciembre de 2008

Biografía: Jesús Soto

Jesús Soto nace en Ciudad Bolívar el 5 de junio de 1923. Estudió en la Escuela de Artes en Caracas, donde conoce a Carlos Cruz-Diez y Alejandro Otero. Es un importante venezolano, creador del arte cinético, que inicia y desarrolla a finales de los años 50 en París.
En esa década no se hablaba de geometría, ni de constructivismo, ni de abstracción geométrica; en esa época interesaba la abstracción lírica o la pintura gestual.

París va ser l capital en la cual reside Soto a partir de 1950. En esa época el grupo “Los Disidentes” con sus planteamientos abstractos geométricos, formado por los artistas: Alejandro Otero, Mateo Manaure, Pascual Navarro, Luis Guevara Moreno, Perán Erminy, Rubén Núñez, Aimée Battistini y otros; habían tomado una posición crítica hacia el arte figurativo que se realizaba en ese momento en Venezuela. Su no rotundo a la pintura tradicional, no a la Escuela de Artes Plásticas, no a los falsos salones de Arte Oficial(...) Éste grupo optó por la tendencia de la abstracción geométrica. Algunos habían regresado a Venezuela, y se dedicaron a trabajar en la integración del arte en la Ciudad Universitaria y en otros edificios públicos.

En esa atmósfera llega a Paris Jesús Rafael Soto, pero él, así como muchos otros artistas venezolanos tenían frescas en sus memorias las enseñanzas de Antonio Edmundo Monsanto (1890-1948) quien, había sido director de la Escuela de Artes de Caracas. Él, les había sensibilizado con los planteamientos de Paúl Cezanne, que todo “se reduce al cubo, al cono y al cilindro”. Conocían las obras de Mondrian, Picasso, Braque y el cubismo por litografías. El maestro Soto se decepciona de lo que se estaba haciendo en Paris y aprovecha que un amigo va con su carro para Ámsterdam y parte al encuentro de las obras de Van Gogh y de Mondrian.
Las interrogantes de este joven artista de 27 años, aún con el fresco recuerdo de Maracaibo y, con una obra con influencias Cezaniana va hacer que comiencer a trabajar a partir de Mondrian, Malévich y a reunirse con artistas como Tanguily, Calder, Vasarely, entre otros.

Todavía en la década de los 60 ciertos artistas latinoamericanos decían: “Soto lo que hace es: rayitas”. Él calladamente, como un monje Zen, inmutable, concentrado en sus búsquedas, estudiando y planteándose ideas nuevas, buscaba nuevas salidas a sus planteamientos plásticos. Tocando guitarra, para vivir y poder hacer su obra y dando a conocer la música venezolana y de otros países de América del Sur.

El efecto “Muaré” siempre había estado en la naturaleza; él observó como se producía en su obra; esto va a ser un descubrimiento para el maestro Soto. Lo que él llamo “visión del movimiento”; ahí, probando sobre dos superficies una de madera rayada y otra rayada en una superficie de plexiglás, o con tres de plexiglás, acercándola y alejándolas, colocándolas a 6-10-15-20 o más centímetros observó como se movían por desplazamiento del espectador. Pronto las líneas se movieron y así nacen muchas obras entre ellas “Espiral” o “La cajita para Villanueva” y más tarde “Los penetrables” y un sin número de obras, de diferente formatos y colores.

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